Agile, un pilar hacia la transformación cultural de la organización
Hoy enfrentamos un entorno cada vez más cambiante y competitivo en la industria aérea, en donde es clave reaccionar y dar respuesta a las necesidades de nuestros clientes, a través de la oferta de productos y servicios de excelente calidad.
Bajo esta dinámica, las compañías están incentivando a sus personas y equipos para que aborden desde una metodología ágil la creación y mejora de productos, trabajando con rapidez y flexibilidad.
Más que referirnos a un método, debemos plantear que Agile es un camino real y tangible hacia la transformación cultural de la organización. Eso significa adoptar un nuevo mindset que parte en los principios, valores y prácticas o frameworks que nos permitan evolucionar en la forma cómo trabajamos, gestionamos y desarrollamos soluciones a los problemas y oportunidades de los clientes; aportemos valor; en nuestros comportamientos en equipo o individuales y en las interacciones en general, para fomentar la colaboración entre personas que entregan valor a nuestros clientes.
Para alcanzar ese enfoque es necesario contar con una guía que nos oriente en la manera de trabajar cada día. Esa guía es lo que se conoce como Manifiesto Ágil, el cual se compone de cuatro valores y doce principios que entregan las bases para acercarnos a esta filosofía que impacta en la cultura de la compañía.
Lo que plantea es que los equipos pueden descubrir mejores formas de desarrollar un producto aprendiendo de los clientes, el mercado, desde su propia experiencia y colaborando con terceros, con el objetivo de generar el mayor impacto en los clientes y aprender continuamente cómo mejorar su manera de trabajar.
El primero de los valores es que se prefiere a individuos e interacciones sobre procesos y herramientas. Si bien existen procedimientos previamente establecidos que pueden funcionar, también hay contextos, casos o casuísticas, donde ese proceso no es la manera más eficiente de responder. Por lo tanto, se privilegia más interactuar con las personas para mejorar nuestra toma de decisiones y acciones.
Otro aspecto que se prioriza más es el producto/software funcionando sobre la documentación extensiva. Una manera de ejemplificar este punto es que tradicionalmente se documentaban todos los requisitos, diseños y planes de trabajo antes de empezar a construir el producto, tiempo en el que no estamos aportando valor. Con este nuevo enfoque se documenta, diseña y construye únicamente lo más prioritario para entregarlo cuanto antes al cliente, generando así valor a la empresa de forma temprana.
También se prefiere más la colaboración con el cliente sobre negociación contractual. Esto es relevante durante el ciclo de vida del producto, pues lo que estamos haciendo es dirigir nuestros esfuerzos a satisfacer una demanda y necesidad, incrementando el valor producto existente gracias al feedback que recibimos del cliente tras cada entrega. Considerando el entorno VUCA en el que vivimos, podemos crear una relación de confianza y colaboración más estrecha y flexible con él, para adaptarnos a lo que requiere y ayudamos a descubrir qué necesita realmente.
Además, priorizamos la respuesta ante el cambio sobre seguir un plan establecido en el pasado. Ocurre que el ecosistema, el mercado y las necesidades de los clientes son cambiantes, por lo cual debemos tener capacidad de reacción para realizar los cambios en el momento adecuado sobre el plan establecido.
Por último, el manifiesto declara 12 principios que son directrices en relación a los valores mencionados.
Nuestra experiencia hacia una cultura Agile
Los principios y valores entregan una base acerca de las ventajas y características que proporciona seguir una metodología ágil.
Esto es que podamos planificar, experimentar, entregar valor y lo más importante, aprender de todo lo que hacemos; hacer entregas menos riesgosas y más adaptadas a la demanda; se estimula la colaboración y el trabajo de equipos multidisciplinarios; mejora el nivel de satisfacción y experiencia de los clientes; optimiza la toma de decisiones, así como los tiempos de reacción, entre otros.
Sin duda, son muchos sus aportes y los aprendizajes que se pueden generar dentro del entorno laboral. Es por eso, que en nuestra Vicepresidencia IT & Digital hace seis años iniciamos el camino hacia una cultura Agile, algo que se ha venido fortaleciendo continuamente en el último tiempo como una forma de apoyar la consecución de los objetivos estratégicos y la Transformación Digital que ambicionamos.
Así se estimuló la conformación de equipos orientados a desarrollar productos en Digital y de mejora continua en IT Corporativo, constantes capacitaciones a áreas internas y clases en el programa IT Training School. A través de esas experiencias hemos avanzado en potenciar un enfoque que nos ha llevado a integrar en nuestro día a día un modelo de gestión más colaborativo, flexible y que nos guía en la creación de un producto de calidad, poniendo el foco en la entrega de valor.
A nivel de equipos hemos percibido que estos se han visto más fortalecidos y empoderados en su gestión, donde cada uno de sus miembros está más consciente del por qué y para qué entregar valor añadido en lo que están construyendo. En paralelo, se ha alcanzado una comunicación más fluida y cercana con el negocio, logrando mayor nivel de cooperación y satisfacción de ambas partes. El producto lo hacemos todos juntos.
A la hora de querer llevar a la práctica los principios y valores del Manifiesto Ágil, podemos considerar los frameworks Scrum y Kanban, los cuales proponen una serie de roles y responsabilidades, artefactos para gestionar información de producto y proyectos, junto a una variedad de ceremonias de trabajo, en la cuales los diferentes roles alrededor de los artefactos, toman decisiones efectivas para conseguir sus objetivos en equipo.
Uno de los casos que podemos mencionar en relación al uso de metodología y orientación hacia la agilidad, fue el de equipos de mejora continua de Operaciones que buscaban asegurar la generación de valor en todas las iniciativas.
Un cambio fundamental fue que alcanzaron a trabajar en forma más eficiente y colaborativa entre las áreas IT y el negocio, dejando atrás el modelo centralizado que operaba antes y que privilegiaba más la optimización del costo de desarrollo que la captura de valor. Además, levantaron Lean Value Tree (LVT) que les permitió mapear los objetivos estratégicos de la compañía y poder decidir cómo cada uno agrega valor a estos.
Capacitación IT
Este año esperamos seguir fortaleciendo la instalación del modelo ágil y apoyar a las distintas áreas. Creemos que más que hacer, necesitamos ser una organización Agile y estimular un cambio en nuestro mindset para conseguirlo.
Finalmente dentro del programa IT Academy que se inicia en abril, impartiremos el curso “Introducción a Agile”, el cual incorporará contenidos renovados y orientado a los objetivos IT.